Todo está en un constante cambio.

Vaya como están cambiando las cosas, me fallaste y esta vez no volveré a caer ante tus encantos, esta vez no. No voy a sufrir más por ti, no mereces la pena. He sido realmente inocente por pensar que llegaríamos lejos, que todo saldría bien. Pero, ¿Sabes? Ya no me importas dice mi cabeza y lo mejor es que mi corazón va por el mismo sentido. No pienso torcer el destino y voy a seguir por el camino que me trae la vida que en estos momentos llevo. Unas personas vienen, y otras van. Creo que va siendo hora de mentalizarme que este es el final, que todo acabó y no es que por que no me guste quiere decir que no sea el final. Simplemente, algo mejor acaba de empezar.

Buenos días mi grandullón.

Alguien como tu, con hormonas revueltas, sonrisa contagiosa, mirada inquietante, actos extraños, y forma de ser realmente diferente hoy esta en mi vida. La verdad, me siento bien nada más de pensar que solo hace 435 días que te conocí y que voy a poder conocerte unos 3612784059 más. Poco a poco voy reaccionando ante tus palabras y actos que la mitad de veces no comprendo, como por ejemplo cuando me giro, me río de ti y te tengo ahí observandome con cara de indiferencia. Quizás me siento agusto cuando estoy contigo por que coincidimos en las suficientes cosas como para entendernos, y es que tu tienes un no sé que, que me hace sonreir con solo verte de reojo.
Se podría decir que hoy es tu día, pero haz los 365 días del año tuyos, disfrutalos como si la vida te fuéra en ello.

¿Sabes? Hoy me apetecia decirte felicidades, no solo por que cumplas 18 años, si no por lo poco, justo y necesario que has hecho por mi, que me faltan las palabras y los gestos.

Granullón, te quiero.