Y así, de un momento a otro, derepente, sin avisar, sin ser esperado, llega ese momento que te cambia por completo hasta la forma de respirar. No sé si fué por las palabras de la gente, por nuestros ratos juntos, nuestras bromas, nuestras risas y sonrisas, nuestros besos, por la multitud de gente, por la música, por el calor y el alcohol, por ese beso, esos besos y más, más... Esa sensación de no querer parar. Dispuestos a pasar un verano juntos, poco a poco pasamos las horas, los minutos y segundos juntos. Es inebitable no fijarse en la tensión que producimos con el mundo, hay algo en nosotros dos, como un pequeño imán que nos atrae, y nos mantiene así; juntos pero separados, ya sabes, no estamos unidos. Hay tiempo, tiempo para vivir, para soñar. Y ahora nos toca a ti y a mi,(no)s(otros).
No hay comentarios:
Publicar un comentario