Cuando consigo recordar tu voz, se me ilumina la mirada y vuelvo a sonreir como en esos días de verano que pasaba abrazada a ti. Y es que solo tú has conseguido que me pase los minutos pensando en esos momentos.
Recuerdo como si aún viviéra en aquel día, como me caian las lágrimas mirando hacia el mar mientras me estrechabas entre tus brazos y me preguntabas que si estaba llorando... Nunca había llorado con tantas ganas; es que no quería, bueno querer no es la palabra, yo diría que no podía separarme de ti y olvidarte tan fácilmente.
Pequeño, abrázame fuerte y no me vuelvas a soltar, que los días sin ti son difíciles.
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